lunes, 17 de enero de 2011

Con la cola para otro lado

Vacía. Como cada año en enero la ciudad queda anónima. Destetada. Los estudiantes no están. Los empleados públicos cambiaron tomar mate en la oficina por tomarlo en el mar, la montaña o el patio de su casa. Ya se fue la primera quincena del 2011 y parece que el efecto "desierto" se multiplicó. Las calles están vacías. Las noticias dicen que entre 1700 y 2200 autos quieren llegar a la Costa Atlántica. El epicentro ahora es el mar. El noticiero muestra el móvil desde la arena. La tapa del diario pone a los políticos en ridículos shorts. La radio bromea con las cosas que las familias trasladan para gastar menos en vacaciones. 

"¿Cómo puede ser que todos coincidan en la misma fecha, en el mismo lugar?"

Respuesta. Es cultural.

Nadie está obligado, para ser honestos, a tomarse vacaciones sí o sí en enero o febrero. Tenemos esa
especie de costumbre de entender que el año hay que comenzarlo de vacaciones. Haga este ejercicio:

Cuando le pregunten cuándo se va de vacaciones diga: "junio o julio".
El interlocutor hará lo siguiente:

1-Lo mirará como un bicho raro.
2-Le preguntará, ¿pero, a dónde te vas?

Las vacaciones hay que tomárselas en enero y febrero. Marzo es para los jubilados. ¿Qué pasaría si se pusiera de moda vacacionar en septiembre y el destino sean las sierras y no el mar?

No se podrían mostrar las curvas en el dos piezas, tampoco la tabla de lavar en los cuerpos masculinos. Y "qué tragedia más horrible", no tendríamos la piel bronceada. Esa marca burguesa para que nos envidien. Para esa vida que transcurre puertas afuera y que muchas veces dista de la realidad casera.

-¡Qué bronceada estás!, dice una compañera de trabajo a otra.
-No se lo digas a nadie, pero es del patio de casa, responde la otra.

La reflexión cotidiana es que somos una sociedad hedonista. El hedonismo "es la doctrina filosófica basada en la búsqueda del placer y la supresión del dolor como objetivo o razón de ser de la vida", dice el diccionario.

Días antes de que empiece esta segunda quincena la ciudad era una oleada de colas: docenas de autos esperaban para la Verificación Técnica Vehicular (VTV), otros tantos hacían lo suyo para sacar plata del cajero y los lugares para pagar facturas estaban repletos de consumidores cumplidores. Ahora la cola también nos dejó. Se mudó. Si uno se va de vacaciones en enero sabe que si quiere comprar churros habrá que esperar y pagarlos con la cotización del día del oro. Cenar en un restaurant a las 22.00 hs. puede resultar una verdadera misión cumplida. La cola, ahora, se fue de vacaciones.

Trilogía
Con el verano llegan nuevos imperativos categóricos a cumplir: placer, belleza y delgadez.
Hasta las noticias cambian en verano. Poco importan las transas políticas, el narcotráfico, la prostitución infantil y el desempleo. Los editores descubren que los jóvenes toman alcohol y cogen como conejos. Claro, con el calor todo se potencia.

Haciendo honor al nombre de este blog, 2x3Llueve, y después de una tormenta que desarmó a la ciudad, hay algo que preguntarse: ¿Qué mierda estamos haciendo con el planeta?

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